Caer sin anestesia. Siempre me ha gustado esta expresión por
el hecho de que magnifica el dolor. Por distintos motivos, todos hemos sentido
que caemos alguna vez, pero sin anestesia suena como exagerado. Tan exagerado
que parece una broma. Por eso nunca la uso a la ligera, y siempre teniendo en
cuenta como me sentí la última vez que la escribí. Y sin embargo, ahora caigo de
una manera totalmente distinta a la que había sentido anteriormente. Esta vez no tengo ganas de terminar la caída
ni de volver hacia atrás. Me podría pasar toda la vida en este término medio.
Cayendo, sin anestesia.
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