‘’Quédate’’ le dije.
Se paró en seco, incapaz de decirme nada. Yo tampoco entendí que le
acababa de pedir. Me miró frío como el hielo, aún sabiendo que yo ardía. ‘’Joder,
quédate’’ le dije más alto, como si eso fuese a hacer que él cambiase de
opinión. Esta vez, agachó la cabeza. Se dio cuenta de que se había equivocado
como no se había equivocado nunca. Entonces
yo también me di cuenta de lo tonta que había sido este tiempo. Todo este puto
tiempo. ‘’Mejor que no la levantes’’ pensé. Empecé a caminar sin decir nada. Sin despedirme
de él. No estaba segura de lo que estaba
haciendo, ni de a dónde iba a ir ahora.
Pero si sabía que esta ruina, un día fueron dos personas que se
quisieron, eso te lo aseguro.
Hasta siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario