Otra tarde de lluvia, en el sofá de tu casa. Me abrazas
mientras me acaricias el pelo. De repente te acercas, te acercas tanto que
siento que tu respiración y la mía son casi la misma. Me susurras un te quiero
y me besas. Pero este beso es nuevo, es más tierno, más sincero. Como si fuese
el último, para siempre. Entonces me doy
cuenta de que nos queríamos, nos queríamos más que nunca, pero ya no podíamos.
Nos merecíamos más, y eso era algo que ambos sabíamos desde hace tiempo, y sin
embargo habíamos evitado el momento de
admitirlo.
Anoche volví a soñar contigo, pero esta vez eras más real que nunca.
Después de tanto tiempo de abandono vuelvo, no con las ganas que yo esperaba, pero había pasado mucho que no aparecía por aquí, y lo necesitaba. Gracias por seguir ahí.
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